Diabetes: La insulina engorda?

Hay mucha gente diabética que tiene la creencia de que la insulina engorda. Esto no es cierto, aunque sí guarda cierta relación con el peso:

Antes de ser diagnosticada la diabetes se tiende a adelgazar. En eso sí que está directamente relacionada la insulina. En esa etapa, como ya empieza a haber una clara carencia de insulina, no puede hacer su función de meter el azúcar en las células y eso lo que provoca, además de las elevadas subidas de glucosa en sangre, es una bajada de peso. Si las células no se alimentan, lógicamente se pierde peso.

Pero al debutar y empezar a pincharse insulina, es normal que se vuelva a engordar, porque las células ya pueden recibir el azúcar que necesitan a través de la insulina.

Se debe ajustar la insulina a lo que comemos para no tener picos de azúcar ni bajones. En función de la comida que se ingiere, se pone la cantidad de insulina adecuada.

Pero si la insulina diaria es insuficiente, no podrá meter todo el azúcar consumido en las células, subirá el azúcar en sangre y además se tenderá a adelgazar.

Por el contrario, si la insulina diaria es superior a la necesaria, va a ser necesario consumir más hidratos para compensar y evitar así el bajón de azúcar. Por eso, como se estará comiendo demás, la tendencia será a engordar.

En definitiva, el principio del engorde es básico. Si ingerimos más calorías de las que nuestro metabolismo necesita, engordaremos. Si hay déficit, adelgazaremos. Si comemos dándonos homenajes, aunque nos pongamos la insulina necesaria para esas raciones, y nuestras glucemias sean perfectísimas, engordaremos inevitablemente.